CRISTINA LUCAS: ILUMINACIONES PROFANADAS
18.nov.2016—18.mar.2017
Esta muestra presenta por primera vez en Puerto Rico un conjunto significativo del trabajo – siempre perturbador y creativo – de Cristina Lucas, una de las más importantes artistas españolas de hoy. Su título refiere a la irreverencia crítica de las obras hacia valores ilustrados, iluministas, tanto en el arte como en la sociedad, que han perdido su agencia social al instituirse hegemónicamente, llegando a voltear sus ideales de origen. La exposición reúne algunas de sus obras más relevantes en video y fotografía, realizadas a lo largo de una década. Estos medios le han servido para plasmar escenificaciones, acciones, entrevistas e intervenciones críticas provocadoras, que hasta se llevan a cabo mediante acciones encubiertas. Vemos esto último en Más luz: Lucas registra su confesión con un sacerdote, haciéndose pasar por una artista muy devota, preocupada por el alejamiento del arte de la religión, tan unidos en el pasado.
En alguna ocasión su obra roza el borde de lo legal, como en su serie Desnudos en el museo, donde modelos se desnudan por sorpresa frente a desnudos pictóricos en exhibición y son reprimidos por los guardias, desencadenando una paradoja moral: el desnudo representado es venerado en los museos, mientras el desnudo real no es admitido. La casi totalidad de las piezas en exhibición gira alrededor del arte, su historia, sus instituciones y auras. Así, en Habla, la artista agrede a una reproducción del Moisés de Miguel Ángel, apremiándolo a que confiese su posesión del saber, su machismo patriarcal. Big Bang parte de El origen del mundo, el cuadro de Courbet, para crear un sorprendente relato de génesis acerca de la creación cósmica desde la capacidad femenina de dar vida. La Liberté raisonnée contradice el cuadro emblemático de Delacroix La Libertad guiando al pueblo, que ha devenido un símbolo de la lucha por la emancipación ciudadana. Lucas usa la mirada masculina con la que el pintor llenó de sensualidad la figura de la Libertad en el cuadro, para escenificar un inesperado desenlace anti-utópico. En Abstraction Licking, la artista contrapone pole dancers típicos de los barrios de la luz roja holandeses con la ortodoxa geometría abstracta de las pinturas de Mondrian, que semejan el orden que prevalece en Holanda, un país que parece diseñado en una mesa de dibujo.
Lucas evidencia cómo el arte crítico, a veces radical, puede ser fructífero no solo en términos de su discurso social, sino por lo avanzado de su propuesta artística. En su obra lo político y lo estético no son opuestos, sino complementarios y mutuamente enriquecedores, fundidos en el mensaje y la investigación artísticos. Es una artista “política” que no deja de lado la poesía, una poesía conceptual que fortalece el sentido social de su obra.